martes, 13 de octubre de 2015

NICOLAS FLAMEL- ALQUIMISTA

Nicolas Flamel (principios de 1330 -) fue un éxitoso escribano -vendedor de manuscrito, que desarrolló una reputación póstuma como un alquimista, debido a sus trabajo sobre la piedra filosofal.

Flamel era un hombre letrado para su época. Como parte de esta época del renacimiento habían aprendido el oficio de copista de su padre. De acuerdo a la leyenda, cuando se hallaba en plena Guerra de los Cien Años trabajando de librero en París, Flamel se hizo alrededor de 1355 con un grimorio alquímico, diferentes versiones aseguran que lo recibió de un desconocido, que lo compró casi al azar o que le fue entregado por un ángel en sueños. Viajó a España, donde consultó tanto a las autoridades como a los especialistas en el mundo. La narración de todos estos hechos tiene lugar en su Libro de las figuras jeroglíficas (1399) que describe brevemente al comienzo dichas peripecias, explicando a lo largo de dicha obra el magisterio filosofal descrito como si de la peregrinación a Santiago de Compostela se tratara, sin embargo algunas teorías apuntan a que dicho entramado tiene un significado mucho más profundo, siendo reflejo de los misterios iniciáticos que se ocultan tras esta obra. Entre estos misterios estaban el descubrimiento de la Piedra filosofal.

Flamel regresó a París en 1382, en 1407 se hizo construir una casa, aún en pie, en el actual 51, rue de Montmorency, además de financiar capillas, asilos y hospitales. El rey Carlos VI de Francia le pidió que le aportara oro a las arcas reales mediante su sistema de transmutación.

Se asegura que durante esos años elaboró también una piedra, gracias a la cual él y su mujer, Perenelle, obtuvieron la inmortalidad.
Flamel vivió hasta sus 80 años, y en 1410 diseñó su propia lápida, que fue tallada con misteriosos signos y símbolos alquímicos. Algunos creen que murió poco después de la creación de la lápida. Más tarde, de acuerdo a la cultura popular, un criminal local (posiblemente, un ladrón de tumbas), que deseaba adquirir el alegado oro de Flamel fue a la residencia de Flamel. Al no encontrar nada, pero sin inmutarse, se dice que entonces fue a la tumba con sólo una pala y una linterna, y cavó la tumba. Al abrir el ataúd,fue decepcionado debido a la ausencia del oro, pero sorprendido al no encontrar ningún rastro del cadáver de Nicolas Flamel. Algunos afirman que se trataba de la tumba de la persona equivocada, la cual no había muerto, mientras que otros afirman que fingió su propia muerte, citando como evidencia el hecho de que mucho tiempo después de 1410 se publicaron varios libros en su nombre. Su lápida, ricamente grabada, se conserva en el Museo de Cluny.

– (1996). El libro de las figuras jeroglíficas. Barcelona: Ediciones Obelisco. ISBN 978-84-7720-473-2.
http://archivoshermeticos.angelfire.com/Biografias/NicolasFlamel.htm

-Sherlyn

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